Aficionar a los niños a la lectura

Aficionar a los niños a la lectura

Hoy en día, el aprendizaje de la lectura es esencial para superar el currículum escolar. Aporta conocimientos, nos entretiene y mejora nuestras habilidades cognitivas. Hoy os presentamos los beneficios que aportan la lectura y 10 consejos para aficionar a los más pequeños.

¿Por qué es importante leer?

Aprendizajes

La lectura predispone y mejora para el aprendizaje aumentando así el nivel cultural y el rendimiento académico de los niños. Ayuda a mejorar la semántica, la ortografía y la expresión escrita.

Lenguaje

Aumenta el vocabulario y favorece la expresión oral en todos los ámbitos, incluso en la expresión de sus emociones.

Nivel cognitivo

Favorece la flexibilidad cognitiva, la atención y concentración, la memoria semántica, visual, a corto y a largo plazo, la capacidad de análisis de datos y de hacer inferencias. Estimula el pensamiento crítico y ayuda a la asimilación de nuevos conceptos e ideas.

Creatividad

Estimula la imaginación y la creatividad de una forma única. Esto hace que las horas de ocio sean mucho más enriquecedoras.

Gestión emocional

Ayuda a gestionar las emociones teniendo en cuenta las propias y las de los personajes. Aumenta la autoestima y la confianza en sí mismo. Fomenta valores como la empatía y la tolerancia.

10 consejos para fomentar la lectura en los niños

Aficionar a los niños a la lectura

  1. Leer un cuento antes de acostarse.

De pequeños, muchos padres leen cuentos a sus hijos antes de acostarse pero, a medida que van creciendo, dejan de hacerlo. Esto es un error ya que leerles cuentos interesantes antes de irse a dormir aumenta su interés por la lectura. Poco a poco querrán empezar a leer pequeños fragmentos para pasar a ser ellos mismos quienes lean un cuento a sus padres.

  1. Ser buenos modelos.

Como ya hemos comentado en más de una ocasión, los niños imitan a sus referentes, es decir, a mamá y a papá. Si ellos nos ven leyendo varias veces, pronto querrán imitarnos ya que considerarán que es algo positivo.

  1. La lectura ha de ser atractiva.

Para que un niño se aficione a la lectura debe resultarle estimulante. Dejemos que escoja aquello que quiere leer para que descubra qué es lo que le gusta. Tengamos también en cuenta que el tipo de lectura sea accesible y facilitadora. Con eso queremos decir que es importante buscar libros con dibujos atractivos, con un tipo y tamaño de letra adecuados, etc. Para esto, podemos hacer visitas periódicas a bibliotecas y librerías que le permitan hojear y empaparse de todas las posibilidades.

  1. Las prisas no son buenas.

Un hábito no se crea en tan solo unos días. Se trata de un proceso largo y, en muchas ocasiones, irregular. Pedirles que lean libros que no son adecuados a su edad o capacidad, puede desmotivarlos y fomentar un rechazo a la lectura. Permitámosles que sigan su ritmo y lean el tipo de lectura con el que se sientan cómodos. Si durante la lectura cometen errores, no vivirlo como algo negativo. Se trata de un tiempo de ocio, la lectura mejorará con la práctica. No tengamos prisa por que lean libros más complejos o por que lean perfectamente, todo a su ritmo.

  1. Crea espacios de lectura.

La lectura requiere de espacios cómodos y silenciosos. Proporcionemos a todos los miembros de la familia un lugar donde viajar a mundos  lejanos a través de los libros. Un rinconcito en el salón o en la habitación pueden resultar perfectos. También pueden decorarse entre todos para favorecer un clima de confianza, imaginación y calidez.

  1. Establece rutinas flexibles.

Leer todos los días es muy beneficioso. Escoger una rutina para leer, antes de acostarse o después de merendar, por ejemplo, puede ser muy positivo. No obstante, hemos de ser flexibles. Dejémosles que lean cuando y cuanto quieran. No obliguemos ya que la imposición resultará contraproducente. Permitamos que lean el tiempo que les apetezca. Al principio se cansarán muy rápido pero, poco a poco, adquirirán un gran gusto por la lectura y podrán pasar largos ratos leyendo. Si les obligamos a leer un tiempo demasiado largo para ellos, pronto aborrecerán la lectura y lo vivirán como un castigo.

  1. Pide consejo.

Entre tantos títulos y actividades de lectura, a veces es difícil escoger lo mejor para nuestros pequeños. Los tutores, bibliotecarios y asociaciones de padres y madres pueden ayudarnos en el proceso de búsqueda. Igualmente, deberemos tener en cuenta el gusto de nuestros hijos para que sean ellos los protagonistas de su proceso lector.

  1. La motivación es esencial.

El refuerzo positivo es muy importante en estos casos. Como comentábamos antes, corregir continuamente o ponernos nerviosos por los errores que se cometen durante la lectura no le ayudan a  disfrutar de ella. Aunque debemos ayudarle a mejorar, reforcemos siempre aquellos logros que va alcanzando. Por ejemplo: “¡Qué bien, has leído una página entera!”, “¡Qué montón de libros has leído este verano!” o “¡Muy bien, has pronunciado correctamente esta palabra tan difícil!”.

  1. Interésate por lo que lee.

Impliquémonos en la lectura de los más pequeños. Preguntémosles por aquello que han aprendido o cómo evoluciona la novela que están leyendo. Esto fomentará la comunicación entre los miembros de la familia y hará que presten más atención en la lectura para poder comentarlo más tarde.

  1. La lectura no solo está en los libros.

Muchas veces caemos en el error de creer que la lectura reside solo en los libros. Nada más lejos de la realidad. Existen aplicaciones para táblets, páginas web y otros aparatos electrónicos que hacen uso de la lectura. Igualmente, no solo son válidas  las novelas o libros de texto escolares; los cómics y otro tipo de publicaciones más gráficas también aportan beneficios y deben ser considerados como tal.

En el apartado de comentarios esperamos vuestras ideas, dudas y sugerencias. Nos vemos en Facebook (@espacio Psicofamiliar) y en Instagram (@espaciopsicofamiliar).

 

Compartir esta entrada