La importancia de dibujar.

 

la importancia de dibujar

¿Cuántas veces habremos imaginado algo y, al querer dibujarlo, el resultado no se corresponde con lo que habíamos pensado? Desgraciadamente, no todos poseemos el don de ser buenos dibujantes. A muchas personas nos cuesta horrores poder plasmar gráficamente aquello que deseamos mostrar y nos preguntamos: ¿cómo puede ser que me cueste tanto, si de pequeño me encantaba dibujar y colorear? En este artículo intentaremos dar respuesta a esta y otras preguntas y hablaremos de los beneficios del dibujo (sea cual sea la edad de la persona).

¿Por qué queremos dibujar?

El dibujo es una forma de comunicación desde hace más de 4.000 años. No obstante, la aparición de la escritura dejó en un segundo lugar al dibujo para llevar a cabo las tareas relacionadas con el lenguaje y la comunicación. Todos los niños nacen con la necesidad espontánea de plasmar sus pensamientos e ideas de forma gráfica y esto forma parte de su desarrollo. Podemos decir que el hecho de dibujar es una tarea que llevamos a cabo de manera evolutiva para satisfacer una de nuestras necesidades más importantes: la de relación, ya sea con los demás o con el entorno.

Si de pequeños nos encanta dibujar, ¿por qué dejamos de hacerlo?

Es muy frecuente ver a niños pequeños dibujando, pintando o garabateando en papeles, libretas y a veces también en las paredes. Como hemos dicho, forma parte de la maduración cognitiva y de su capacidad psicomotriz. Pero al llegar a la adolescencia, en general, dejamos de lado el dibujo y lo desterramos simplemente a tareas artísticas. Decidimos que ya no vale la pena «perder el tiempo» dibujando. Esto provoca que, al ser adultos, nos frustremos al querer dibujar algo y que no nos quede como habíamos pensado.

Existen muchas causas y situaciones que provocan que dejemos de dibujar:

  • El uso predominante de la inteligencia lingüística en la escuela o instituto: en la mayoría de casos vemos como todos los aprendizajes se trabajan en base a la lectura, la escritura, la expresión y comprensión oral, relegando la inteligencia artística para la asignatura de plástica.

  • La enorme capacidad lingüística que desarrollamos:nos permite comunicarnos de una forma mucho más rápida y efectiva. Además, no requiere de material para dibujar y resulta más fácil.

  • Nuestra sociedad: aunque seamos seres visuales, es decir, que la mayoría de información nos entre por la vista, nuestra sociedad estipula que, al «hacernos mayores» debemos dejar de «perder el tiempo pintando». La sociedad decide que debemos fijarnos en otras cosas y llevar a cabo otro tipo de tareas.

¿Por qué debemos volver a dibujar?

El dibujo, aparte de ser una tarea artística y comunicativa, también estimula nuestras habilidades cognitivas evitando su deterioro. Tanto en niños como en mayores, nos aporta beneficios en las siguientes áreas:

  • Creatividad y generación de nuevas ideas.
  • Percepción visual: al centrarnos en el espacio que tenemos para dibujar, en la relación de colores, etc.
  • Funciones ejecutivas: organizar el dibujo, solucionar problemas relacionados con éste, etc.
  • Motricidad fina: al realizar el trazo con los lápices o colores.
  • Lógica: al tener en cuenta proporciones, distancias, etc.
  • Relajación: pintar y dibujar hace disminuir los niveles de estrés y produce endorfinas.
  • Atención y concentración: nos ayuda a estar concentrados en una sola tarea, lo que es muy beneficioso para entrenar la atención y mejorar su capacidad.
  • Memoria: para pintar o dibujar debemos recordar cómo es aquello que queremos plasmar, trabajando así la memoria a largo y corto plazo.
  • Gestión emocional: nos ayuda a plasmar emociones y, al relajarnos, somos capaces de ver los problemas desde otras perspectivas.
  • Comunicación: se trata de una forma muy divertida de expresar nuestras ideas y pensamientos.

¡Nunca es tarde para dibujar o colorear!

Nuestro cerebro tiene la capacidad de plasticidad. Esto significa que es capaz de crear nuevas redes neuronales que nos permiten aprender o recuperar ciertas habilidades que creíamos perdidas. Con la práctica, iremos mejorando nuestros dibujos y disfrutaremos de un tiempo para nosotros mismos. Puedes usar libros de Mandalas para colorear o simplemente crear tus propios dibujos. ¿Conoces a alguien que haya dejado de hablar por tener una voz algo desagradable? Coge tus folios y lápices y ¡adelante!

Fomentemos el dibujo en los niños.

A la mayoría de niños les encanta dibujar. No obstante, corremos el riesgo de que le pase lo mismo que a nosotros: que con la edad piensen que dibujar ya no es prioritario. ¿Cómo podemos evitarlo? Muy fácil: dediquemos tiempo para pintar con los niños. Existen juegos muy divertidos que les ayudarán a encontrar el placer por el dibujo tengan la edad que tengan.

  • Pintar mandalas.
  • Copiar o calcar dibujos.
  • Ir a algún lugar bonito y dibujar lo que ven.
  • Aprender dibujando: dibujar lo que se intenta memorizar favorece su recuerdo.
  • Tener conversaciones mediante dibujos.
  • Crear carteles con las normas de casa para colgarlos.
  • Hacer dibujos para que la otra persona adivine el concepto.
  • Dibujar con los ojos cerrados y después ver el resultado.
  • Guiar al otro para que copie un dibujo sin verlo.

También se puede ir variando de material para evitar el aburrimiento: existen pizarras blancas (rotuladores) y negras (tizas), pinturas, colores de madera o de plástico, carboncillos, pasteles y un largo etcétera que os hará pasar largos ratos de diversión.

Esperamos tus ideas, dudas y sugerencias en el apartado de comentarios. Puedes enviarnos tus dibujos a través de Facebook (@espacio psicofamiliar) y encontrarnos en Instagram (@espaciopsicofamiliar).

 

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