¿Los niños deben colaborar en casa?
Hoy hablaremos sobre los niños y las tareas del hogar. Como se trata de un tema sobre el que nos han pedido consejo en varias ocasiones, contestaremos a las preguntas más frecuentes.
¿Es bueno que mi hijo colabore con las tareas del hogar?
Sí, y de hecho aporta muchos beneficios a nivel físico, cognitivo y emocional. Mejora las habilidades motoras y el control corporal. Fomentamos su capacidad de colaboración, de responsabilidad y de organización. Promovemos hábitos saludables de higiene y además, mejoramos su autoestima y su seguridad en sí mismo.
¿Qué tipo de tareas puede hacer mi hijo en casa?
Debemos pedirle tareas que se adapten a su nivel cognitivo y de desarrollo. Evidentemente, no podemos pedirle a un niño de 3 años que prepare una tortilla de patatas pero sí tareas que sepa llevar a cabo. A continuación, os mostramos algunas ideas según la edad de cada niño. No olvidéis que se trata de referencias orientativas, deberemos fijarnos en cada niño en concreto para saber qué es lo que puede hacer y para lo que aún no está preparado.
- 2-3 años: recoger sus juguetes, llevar la ropa al cesto de la ropa sucia, comer solo, etc.
- 4-5 años: vestirse solo, poner la mesa, dar de comer a su mascota, etc.
- 6-7 años: hacer la cama, preparar su mochila, limpiar el polvo, etc.
- 8-9 años: prepararse la merienda, bañarse y asearse, fregar los platos, etc.
- 10-11 años: limpiar su habitación, tender, barrer el piso, etc.
- + 12 años: ir a comprar, limpiar el baño, las cristaleras, etc.
Es importante no imponerle actividades para las que todavía no está preparado. Esto le provocaría frustración, desmotivación y una gran pérdida de autoestima y confianza en sí mismo.
¿Cómo le enseño a hacer las tareas?
Primero, tendremos que enseñarle explícitamente cómo se hace. Deberemos mostrarle qué pasos seguir, donde está todo lo que necesita, qué orden puede seguir, etc. Recordemos que somos modelos de aprendizaje, enseñémosles bien y lo harán lo mejor que sepan.
Por nuestra parte, tocará armarnos de paciencia. Está claro que no lo harán perfecto a la primera y que necesitarán varios intentos para hacerlo bien.
¿Qué hago si no hace bien su tarea?
Es importante que no le riñamos ni le critiquemos por ello. Lo más probable es que haya puesto todo su empeño en realizar esa actividad pero, por falta de desempeño, práctica o atención, puede que no lo haga tan bien como un adulto. En ese caso, debemos reconocerle su esfuerzo y, con mucho cariño, indicarle como puede mejorar. De lo contrario, si le reñimos o nos mostramos enfadados, el niño se desmotivará y se mostrará reacio a realizar otras tareas.
¿Y si se niegan a colaborar?
En algunas ocasiones nos encontramos con niños a los que no les gusta colaborar, sea por el motivo que sea. En esos casos nunca debemos mostrarnos pasotas ante esta actitud. Primero de todo, nos miraremos a nosotros mismos y determinaremos si somos unos buenos modelos. No podemos pedirles a los pequeños que ordenen su habitación si la nuestra está hecha un desastre.
Una buena estrategia para fomentar la colaboración es hacer uso del juego ya sea mediante retos, canciones, carreras, etc. Mary Poppins ya nos hablaba de esto y realmente funciona. No debemos olvidarnos nunca del refuerzo positivo un “¡Mira qué bonita has dejado tu habitación!” o un “¡Qué bien has limpiado los cristales” le motivará para seguir esforzándose.
¿Hay que obligarles cuando están cansados o enfadados?
En estos casos podemos ser algo flexibles pero hasta cierto punto. Debemos fomentar sobre todo la responsabilidad y hacerle ver la necesidad de que cumpla con sus obligaciones. No obstante, si realmente lo vemos cansado porque viene de jugar un partido de fútbol o está tan enfadado que es incapaz de llevar a cabo la tarea de forma satisfactoria, deberemos priorizar antes el descanso o la gestión emocional.
Os dejamos un link sobre la educación emocional que seguro os servirá de ayuda para estos casos.
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