Mi hijo con autismo, ¿hablará?

Una de las preguntas más recurrentes y que más preocupa a los padres y madres de niños y niñas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) es la de “¿HABLARÁ MI HIJO/A?” En muchos casos de niños y niñas con autismo hay ausencia de lenguaje y este puede ser el detonante de muchas conductas disruptivas, dificultades en el aprendizaje y en la parte social y emocional.

Primero de todo es importante saber que el hecho de que no haya lenguaje no implica que el niño/a no se comunique, puesto que puede expresarse a nivel no verbal y hacerse entender a través de gestos con la finalidad de hacerse entender, por lo cual si hay comunicación.

Es difícil responder a esta pregunta de forma clara, ¿hablará? Pues bien, debemos esperar porqué es una respuesta que no podemos saber, cierto es que no hay una edad limite para desarrollar el lenguaje verbal, que haya una ausencia de lenguaje no implica que haya ningún retraso a nivel cognitivo.  No podemos saber cuando un niño con autismo hablará o no, es un proceso muy complejo que debe trabajarse con bases sensoriales y motrices, con apoyo visual para dar una estructura a su entorno.

Es importante entender cómo se crea al lenguaje. El niño o niña inicia lel lenguaje gutural donde se inicia la estimulación de las cuerdas vocales, los padres repetimos e imitamos esos sonidos, esos balbuceos terminan convirtiéndose en palabras.  Para que esto se produzca el niño o niña deben explorar su entorno, el lenguaje es un acto complejo, no se trata de aprender a nivel auditivo y listo, sino que hay bases sensoriales y motrices, lo que el niño explora a través de todos sus sentidos y su movimiento se convierte en símbolos perceptivos que dotan al niño o niña de conceptos y de ir construyendo previamente un lenguaje interno. Debemos tener en cuenta que para que todo esto se de deben a ver unas sensaciones internas que se irán organizando para darle sentido e irse integrando en percepciones, durante el proceso de su desarrollo perceptivo se irán asociando y conectando toda la información sensorial con su significado.

¿Por qué no habla?

  • Puede que haya algún problema que le impida hablar, debemos realizar pruebas auditivas para saber si el peque tiene algún déficit auditivo. Debemos tener en cuenta que puede que no haya ningún daño físico que impida la producción del habla, pero simplemente el niño con TEA no hable porque sea así, ya sea por no sentirse cómodo en este tipo de comunicación o porque su forma de comunicarse sea otra.
  • Afectación de la parte sensorial. Como hemos mencionado anteriormente el lenguaje tiene una base sensorial, muchas niños o niñas con TEA tienen desordenes sensoriales y esto puede afectar en la adquisición del lenguaje verbal.
  • Mutismo selectivo. Puede que el niño/a utilice el lenguaje verbal en ciertos contextos siendo selectivo en cuales si y cuales no.
  • Poca estimulación. Cuando al niño no le hace falta el lenguaje porque sus padres entienden sus balbuceos o gestos y no se ha trabajado o estimulado la parte del lenguaje ya que en seguida suplen sus necesidades sin que el niño tenga la necesidad de hablar.
  • Dificultades propias del autismo que obstaculizan la adquisición del lenguaje verbal ya que en su adquisición es necesario mantener una atención conjunta, capacidad de identificar lo que se oye para comprenderlo y asociar las palabras y comunicación a un contexto adecuado.

Y, ¿entonces?

Como padres de un niño o niña con TEA es importe que podáis acudir a profesionales que ayuden en todo este proceso. Por otro lado, no debemos reducir todo al lenguaje verbal, si por un caso nuestro hijo o hija no habla, debemos hacer hincapié en el lenguaje no verbal y tener apoyos visuales para que, efectivamente, si haya comunicación.

Debéis creer en vuestras capacidades como padres y madres, confiar en vosotros mismos, seguro que sois la mejor opción para vuestros hijos/as.

Informaros como podéis estimular la comunicación y el lenguaje, seguid las pautas de las que os proveen los profesionales y sobremodo es importante que la familia sea consciente de cual es la mejor forma para ayudar a estimular toda la parte verbal, no verbal y comunicativa del niño/a.

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