Mi hijo pega

mi hijo pegaNos suelen preguntar mucho acerca de la agresividad infantil. Cómo resolver que un  niño suela pegar o cómo hacer para que deje de hacerlo.

Hay una edad en la puede ser que el niño pegue y es normal. Esto pasa cuando el pequeño aun no tiene adquirido el vocabulario suficiente como para expresar como se siente, con lo cual recurre a la expresión corporal  ante situaciones de frustración, enfado o malestar. Aun no poseen la capacidad de controlar sus impulsos y se enfocan demasiado en ellos mismos. En este caso debemos ayudar al niño a poner palabras a como se siente para que así poco a poco pueda expresarlo de forma verbal.

Algunos consejos para evitar que los niños peguen

  1. Identificación: ¿Qué es lo que genera la conducta? Debemos identificar la causa por la que el niño agrede. Puede ser variable, desde celos por la llegada de un nuevo hermano, baja autoestima, frustración, etc.
  1. Ser buen ejemplo: Los adultos debemos ser un buen ejemplo para los pequeños. Ante una situación de conflicto debemos mantener la calma, no gritar ni lastimar y comportarnos como un modelo para los niños.
  2. Proponer alternativas: Ante una situación en la que el pequeño ha mostrado una conducta agresiva no bastará con decir no debemos pegar sino que debemos mostrarle alternativas a su enojo y posterior resolución de problemas.
  3. Expresión emocional: Crear un clima familiar de confianza donde los pequeños puedan expresar sus emociones. Debemos explicarles que es normal que se enfade puesto que los adultos también lo hacemos pero, no lo resolvemos pegando. Os dejamos este link donde explicamos cómo fomentar la educación emocional: https://espaciopsicofamiliar.es/educacion-emocional/ Además, descarga este juego para trabajar las emociones de una forma divertida: https://espaciopsicofamiliar.es/juego-mesa-emocionate/
  1. No fortalecer las conductas agresivas: No debemos responder ante sus exigencias por temor a la consecuente ira. El niño entenderá que las conductas agresivas no le llevan a conseguir sus objetivos.
  2. Estimular la paciencia: Debemos entrenar la paciencia. Enseñar a esperar no es tarea fácil pero podemos entrenar la espera haciendo uso del lenguaje para alcanzar objetivos.
  3. No lastimar: Nunca debemos pegar a los niños, ni tan solo la “típica” palmada en la mano para que no toque algo, puesto que fomentamos que la resolución de conflictos o a la canalización de nuestra ira termine en una agresión.
  4. Fomentar el buen comportamiento: No solo debemos prestar atención cuando el comportamiento es incorrecto, también debemos reforzar cuando los pequeños se comportan de la forma adecuada. Utilicemos un qué bien lo has hecho! cuando creamos que así es.
  5. Sí a los límites: Si debemos poner límites, siempre con respeto; de esta forma el niño recibe la información sobre lo que está bien y lo que está mal. Para poner límites con respeto: https://espaciopsicofamiliar.es/los-limites-en-la-crianza/
  6. Resolución de conducta: Debemos hacer comprender al pequeño que su conducta de agresión no ha sido adecuada .A nadie le gusta que le agredan y deberá pedir perdón reparando el daño hecho. Por ejemplo:
  • Si la agresión es hacia el adulto: nunca reaccionar con violencia, no frustrarnos, debemos poner límites y mantener una buena jerarquía. Como adultos debemos detectar que le pasa al niño, empatizar con él mirándole a los ojos y utilizando un tono adecuado. Debemos explicar que no nos gusta que nos dañe porque nos duele, ofrecerle alternativas a su ira o frustración y poco a poco irá integrando la respuesta adecuada.
  • Si la agresión es hacia un niño: no dejemos que la agresión se alargue, pararlo con firmeza, hablarle mirándole a los ojos y no responder alzando la voz. Validar sus sentimientos, “entiendo que estés enfadado, pero no se puede pegar”, ofrecerle alternativas. Es aconsejable reparar el daño causado, pude llevarle una tirita al otro niño, ayudar a lavarle con un poquito de agua si se ha hecho daño, etc.

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