Niños autónomos o padres rápidos

autonomía

Todos queremos y esperamos que los niños sean independientes o autónomos, pero debemos saber que fomentar este concepto de autonomía implica una inversión mayor de tiempo, pero… ¿Por qué?

Nuestro día a día a veces frena la independencia del niño. Queremos hacer las cosas rápido y ya, que no sea lento/a comiendo, que recoja rápido su habitación porque la mesa esta preparada para comer, que se vista rápido porque tenemos que irnos la cole… y así podríamos seguir con una alarga lista de cosas en las que no esperamos invertir demasiado tiempo.

Primero de todo, ¿cómo podemos saber que nuestro hijo/a está preparado para asumir esas pequeñas tareas para ser independientes?: ESCUCHANDO

“Yo solo”

Estas dos palabras empiezan  sonar cuándo los pequeños están preparados para ir entrenando esa autonomía. Para ello necesitan tiempo. Es evidente que no se vestirán tan rápido como lo harían sus padres, démosle tiempo para intentarlo y conseguirlo.

Un niño autónomo no es aquel que no molesta y que juega solo o se entretiene mientras los padres hacemos otras tareas. No debemos confundir nuestra comodidad con autonomía infantil. Un peque que empieza a ser autónomo quiere decir que va probando nuevas tareas que puede hacer de forma independiente y que deberá conseguir hacer solo con el tiempo.

Respetemos el ritmo de cada niño, ir deprisa no significa hacerlo bien, están entrenando su autonomía y no es cuestión de tiempo. Imaginad que aprendemos a hacer algo nuevo para nosotros, por ejemplo, configurar nuestro teléfono nuevo. Nos costará tiempo porque leemos bien como debe hacerse. Evidentemente, si nos lo configura una persona que trabaja en una tienda de telefonía, irá más rápido, pero y si está persona nos pide que lo hagamos rápido nosotros, ¿cómo nos sentiríamos? Si enseñamos o transmitimos que las cosas deben hacerse lo mas rápido que se pueda es posible que termine aprendido que lo importante es el tiempo y no la calidad del resultado.  Como ya hemos mencionado, la autonomía de un pequeño requiere una inversión mayor de tiempo.

Debemos escuchar lo que los niños nos piden, está claro que si el niño dice que quiere hacer algo sólo que implique un riesgo no le dejaremos, le enseñaremos cómo se hace pero no le dejaremos que lo haga él sólo. Hablamos de cosas o tareas cotidianas que los peques pueden empezar a hacer solitos: vestirse, comer, recoger, etc.

¿Qué es la autonomía personal?

El desarrollo de la autonomía es un objetivo primordial en la educación de un niño. La autonomía se refiere a que podemos realizar aquellas actividades propias de cada edad. Os adjuntamos una lista con algunos ejemplos de cosas que pueden hacer, con alguna ayuda cuando lo requiera, y asimilando las tareas de las etapas anteriores, siempre respetando el ritmo de cada niño/a.

De  2 a 3 años, pueden guardar sus juguetes, recoger sus pinturas, comer solos, etc.

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De 4 a 5 años, recoger su habitación, limpiar si ensucia algo, hacerse su cama, lavarse las manos, etc.

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De 6 a 7 años,  vestirse, ordenar su habitación, realizar solo sus tareas escolares,  poner la mesa etc.

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De 8 a 9 años, colocar su ropa en el armario prepararse la merienda, bañarse y asearse, fregar los platos,  etc.

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De 10 a 11 años, ayudar en las tareas de limpieza del hogar, tirar la basura, preparar alguna comida simple, etc.

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De 12 años en adelante, ir a comprar, limpiar el baño, las cristaleras, etc.

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