¿Qué está pasando con el juego libre?

 

 

El tiempo libre en los niños y niñas va disminuyendo cada vez más, con ello disminuye el tiempo de juego libre y los periodos de aburrimiento tan necesarios para que puedan utilizar sus propios recursos.

Si nos paramos por un momento a pensar en nuestros recuerdos de a infancia aparecen cantidad de juegos que ocupaban la mayor parte de nuestro tiempo, tanto después de salir de la escuela como en esos periodos de largos veranos en las que construíamos cabañas, jugábamos al escondite, al pañuelo, al pilla-pilla, etc. Pero ¿qué está pasando hoy en día con el juego de los peques? ¿y con ese tiempo libre que parece no existir?

¿Qué esta pasando con el tiempo de juego y cuál es su importancia?

Hoy en día el tiempo libre de juego es muy escaso y eso conlleva unas consecuencias importantes. Para empezar, es muy importante el tiempo de aburrimiento, ya que durante este tiempo el niño o niña no esta realizando nada que le pueda satisfacer, es ahí cuando se utilizan recursos propios, como la creatividad, para evitar ese aburrimiento, es un momento de conexión con uno mismo para indagar en esos recursos y de esta forma poner en marcha una serie de procesos que trabajan la frustración, tolerancia… siendo así mas resolutivos. Estamos sustituyendo el aburrimiento por cantidad de actividades pautadas o bien por un dispositivo móvil en el que los peques mantienen a raya este tiempo no deseado.

El tiempo de juego libre ha disminuido notablemente y esto está afectando al desarrollo emocional de los niños y niñas. El juego no estructurado o juego libre es aquel en el que los niños y niñas eligen libremente y proporciona experiencias vitales para mas tarde convertirnos en adultos competentes. El juego es el medio que los niños tiene para aprender y para poner en juego y asimilar diferentes situaciones del mundo que les rodea.

A través del juego los peques son capaces de expresar como se sienten, crean, experimentan, asumen roles… aprenden como tomar decisiones, a respetar las reglas del juego y a los demás, a resolver problemas/conflictos, etc. El juego en la infancia es una herramienta necesaria y potente para entender el mundo y hacerse mayores. Para ello el juego ha de ser libre, no debe haber interferencias.

La sobrecarga de deberes, la gran cantidad de actividades extraescolares regladas y dirigidas… esto esta interfiriendo en este juego libre al que los adultos no le damos el valor que merece y que no hemos sabido proteger, lo hemos infravalorado y hemos programado todo el tiempo de ocio.

¿Cómo debe ser el juego libre?

Para empezar, no debe ser planeado, el protagonista en el juego es el niño, tan solo bastará con dejar al alcance del pequeño/a algunos materiales o juguetes y que el niño o niña los utilice como prefiera, no debemos interferir en cómo debe hacerlo. El protagonista es el niño/a, no nos olvidemos.

Facilitar un espacio en el que los peques puedan moverse libremente y donde dispongan de diferentes juguetes y materiales con los que también puedan realizar juego simbólico. El espacio de juego debe ser tranquilo y seguro, debemos dejar que el niño o niña actúe de forma independiente y respetar las preferencias del juego sin imponer actividades.

Los materiales de los que dispongan deben ser: telas, cojines, cajas de cartón, colores, hojas de papel, juguetes grandes y pequeños, juegos de mesa, etc. Así cada niño y niña optará por el juego o material que más le motive y así gestionar el mismo ese tiempo, así como potenciar su creatividad e imaginación.

Salir a jugar al aire libre siempre que el tiempo lo permita es una buena opción. Los parques son ligares donde puede relacionarse con otro niños y niñas y pueden inventar juegos entre ellos.

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