Cómo mejorar nuestra organización y planificación.

 

En muchas ocasiones nos preguntan sobre la mejor forma de organizar nuestro tiempo. El ritmo frenético de nuestra sociedad nos hace tener mil cosas en la cabeza, por lo que a veces es difícil llevarlo todo a cabo. Este tipo de tareas, además, pueden resultar más complejas en los casos de TDAH. En este tipo de procesos intervienen las funciones ejecutivas, un conjunto de procesos mentales complejos que nos ayudan a  regular, planificar, revisar, guiar, etc. nuestras acciones y nuestro comportamiento. Esto nos permite alcanzar las metas que nos proponemos de una forma eficiente.

¿Qué procesos concretos se encuentran dentro de las funciones ejecutivas?

Dentro de esta categoría se engloban los siguientes procesos:

  • Planificación y organización: se refiere a la capacidad de desarrollar planes de acción, establecer objetivos a corto, medio y largo plazo, etc. En esta categoría se podrían incluir la gestión y estimación del tiempo, es decir, calcular aproximadamente el paso del tiempo, al duración de las actividades, etc.
  • Razonamiento: es al capacidad de resolver problemas de forma consciente ya sea de forma individual o cuando se deben tratar varios estímulos a la vez o realizar dos o más tareas de forma simultánea.
  • Flexibilidad: se trata de la habilidad de cambiar planes previamente establecidos de forma más o menos sencilla. Su contrario, la rigidez mental, supone no poder realizar tareas ni actividades que no se encuentren dentro de la rutina o la planificación establecida.
  • Memoria de trabajo: este tipo de memoria, especialmente afectada en los casos de TDAH. Trabaja con la información a corto plazo y nos permite operar con ella al realizar tareas específicas como podría ser el cálculo mental.
  • Inhibición: es la capacidad de controlar los impulsos. Esto resulta a veces muy complicado debido a los síntomas impulsivos del TDHG. Con la práctica es posible fomentar el autocontrol.
  • Toma de decisiones: realizar una elección entre varias opciones requiere tener en cuenta todas las variables y sopesando las posibles implicaciones.

Para facilitar este tipo de tareas podemos:

  • Hacer listas de tareas a realizar, de la compra etc.
  • Usar una agenda o calendario bien estructurado para anotar todas las citas.
  • Establecer alarmas en el móvil para indicarnos el cambio de tarea o recordarnos fechas especiales (visitas, citas, aniversarios…).
  • mantener el espacio de trabajo ordenado y libre de distracciones.
  • Realizar las tareas de una en una. Hasta que o acabemos la primera, no empezar con la siguiente. En el caso de necesitar interrumpir la tareas que estamos realizando, anotar en una nota adhesiva lo que estamos realizando para continuar más tarde.
  • Establecer rutinas diarias y cumplirlas.
  • Organizar las bandejas de entrada de los correos electrónicos.
  • Tomarnos el tiempo necesario para tener en cuenta todas las variables en el proceso de toma de decisiones. En caso de ser necesario, anotar todas las observaciones a tener en cuenta.
  • Realizar actividades que estimulen nuestra memoria: cálculo mental, memorizar números de teléfono, deletrear palabras del derecho y al revés, etc.
  • Realizar actividades relajantes que ayuden a controlar nuestro cuerpo, como por ejemplo, el yoga.
  • Dividir las tareas más complejas en otras más simples y darles la prioridad adecuada o secuenciarlas.

Así mismo, las recomendaciones generales siempre son hacer ejercicio para generar endorfinas, descansar bien, durmiendo entre 7 y 9 horas, eliminar al máximo los distractores (usando tapones para las orejas, por ejemplo), realizar descansos programados, etc.

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