Convivir con el humor de un adolescente
La adolescencia es una etapa complicada por la que pasamos todos y cada uno. Evidentemente, cada persona la vive de una forma diferente pero existen algunas características comunes: cambios físicos (pelo donde antes no había, desarrollo de algunas zonas, etc.) y psicológicos (dificultad en la gestión de emociones, oposicionismo, mal humor…). En este post hablaremos de algunas de consecuencias psicológicas de la adolescencia y cómo lidiar con ellas.
- Emociones y hormonas. Los adolescentes lidian cada minuto de sus días con un cóctel explosivo de hormonas que les provoca desorientación a nivel emocional. Es normal que un día os den un abrazo y otro día ni siquiera os miren a la cara. Sabemos que es desagradable y suele preocupar mucho pero lo más probable es que ni ellos mismos sepan qué les pasa. Es importante mostrarles apoyo y comprensión en estos momentos, así como dejarle su espacio y darle herramientas para gestionar sus emociones (diarios, música, dibujo…).
- La adolescencia es una etapa de autoafirmación. Necesitan conocerse a sí mismos y diferenciarse de los demás, sobretodo de aquellas personas con las que están estrechamente ligados (padres, hermanos, abuelos…). Esta necesidad provoca una lucha interna y externa en la que intentarán independizarse emocionalmente e intelectualmente.
- Yo, yo mismo, y nadie más que yo. Muchos padres se quejan de que sus hijos adolescentes solo piensan en sí mismos, en sus intereses, y poco o nada tienen en cuenta los sentimientos de los demás. También es común que se pasen horas frente al espejo, que los granos sean un drama y que vigilen su peso. Este narcisismo está muy relacionado con la falta de seguridad que provoca la adolescencia y lidiar con las posibles “imperfecciones” de su cuerpo suele provocarles ira, angustia e incluso agresividad.
¿Qué hacer en estas situaciones?
Antes de nada, si tus hijos ya han pasado la adolescencia y lees esto por curiosidad, decirte que sabemos de sobra que quieres a tus hijos más que a nada del mundo y que lo habrás hecho lo mejor que supiste en su día. Lo que ofrecemos a continuación son solo algunas pautas para aquellos padres que se encuentran actualmente en la situación y que necesitan algo de orientación. Igualmente, sabemos que en situaciones de estrés, es difícil cumplirlas y que en algunas ocasiones no se tendrán en cuenta.
- Escuchar y entender a nuestro hijo es siempre el primer paso. Mantener una comunicación abierta sin juzgarlos nos ayudará a que nos expliquen todos sus problemas y preocupaciones y nos será más fácil comprender sus motivos y detectar posibles cambios.
- Cuando un adolescente está muy enfadado, es inútil hacerle razonar. Es mejor dejarle algo de espacio y hablar cuando se haya calmado. Será entonces cuando hay que recordarle que los actos que cometemos, aún estando enfadados, son responsabilidad nuestra y que deben recordarlo en todo momento.
- Es importante actuar con inteligencia ante los enfados de un adolescente. Mantener la calma y armarse de paciencia es imprescindible ante estas situaciones.
- Bajo ningún concepto hay que pegarle. Si lo hacemos, estamos diciéndole que la violencia es una forma válida para comunicarse con los demás y no lo podemos permitir.
- En momentos de mucho estrés, hay que fomentar el respeto mutuo: “Estoy tan enfada que ahora no puedo hablar contigo. Cuando vuelva del paseo, hablamos” o “Estás muy nervioso y no nos entendemos. Quedamos dentro de una hora, y hablamos”.
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