Dificultades en la alimentación en niños/as con TEA
El sueño y la alimentación suelen ser dos factores problemáticos en el caso de autismo.
En el caso de la alimentación, las dificultades suelen acentuarse cuando se hace el cambio a papillas. Estas dificultades pueden darse desde la selectividad de algunos sabores o texturas hasta la negación total o rechazo a los alimentos, en ambos casos se asocia la comida a algo negativo, llantos, etc.
¿PORQUÉ?
Son varios los estudios que hay acerca de los problemas de alimentación relacionados con el autismo.
- Alteraciones sensoriales: estas alteraciones pueden darse en el olfato, gusto o tacto. Los umbrales pueden verse alterados, con lo cual diferentes alimentos (textura, sabor, olfato) pueden causar demasiada información a nivel sensorial que puede hacerse insoportable.
- Hiperselectividad: relacionado con la alteración sensorial, los niños y niñas con autismo pueden volverse hiperselctivos según la información sensorial recibida de los alimentos, por eso habrá alimentos que si comerán y otros no.
- Inflexibilidad: este factor tan común en el autismo también puede jugar un papel muy importante en la alimentación. La dificultad para anticipar los lleva a repetir las mismas acciones que les dan seguridad, los cambios en las texturas, gusto y olfato entonces pueden ser rechazados por esta inflexibilidad.
- Trastornos metabólicos
¿QUÉ PODEMOS HACER?
- Lo más importante es cambiar la asociación del peque ante las situaciones de alimentación, tiene que vivirlo como algo positivo y agradable.
- Durante la hora de la comida solo se come, debe ser un ritual marcado por el adulto y no sirven apoyarnos de elementos distractores como móvil o televisión.
- No forzar al peque con la comida, evitar momentos de tensión, enfados o castigos.
- Establecer una pequeña cantidad a comer cada día.
- Tener en cuenta y observar que alimentos sí que come sin problema y como lo hace. De esta forma, toda esta información nos servirá para saber cómo ir introduciendo alimentos nuevos sabiendo sus preferencias.
- Mantener la rutina en la alimentación. Debemos intentar que siempre sea el mismo entorno y condiciones para comer, podemos utilizar los mismos platos y vasos,así como la posición en la mesa, ya que eso le dará seguridad y la rutina le ayudara a poder predecir. Terminar la comida con algo agradable también es un paso muy importante en esta rutina, terminar con un juego o con alguna actividad que sepamos que le gusta.
- Cambiaremos todo lo que anteriormente habíamos hecho y había causado un rechazo en la alimentación por parte del peque.Se trata de crear una situación nueva a la que nos ceñiremos como rutina.
- Le daremos a probar alimentos nuevos, si los rechaza podemos intentar a trocearlos y volvérselos a ofrecer, si los escupe o no los quiere no le obligaremos, debemos mantener la calma, si después de varios intentos sigue rechazando el alimento ofreceremos alimentos que sabemos que si le gustan.
- La forma de intentar alientos nuevos debe ser de forma calmada; podemos ofrecerle los utensilios para comer y que el peque pueda llevárselos o bien ayudarle nosotros. Una vez conseguido que el peque se meta el alimento en la boca, reforzaremos siempre de la misma forma, con palabras agradables o aspavientos de alegría.
- A media que le peque va avanzando en la alimentación, iremos aumentando las cantidades, siempre con alimentos que son de su agrado y poco a poco ir cambiando.
Aspectos atener en cuenta:
-Para introducir nuevos sabores, intentemos buscar algo similar a lo que sabemos que, si le gusta, debe ser similar en textura y temperatura.
-Los momentos para introducir nuevos sabores serán solo en una de las comidas, por ejemplo, si se hace a la hora de comer al mediodía, por la noche dejaremos que coma lo que le gusta.
-Importe también tener en cuenta la textura de lo que come, si solo toma todo muy triturado iremos progresivamente dando el mismo alimento de forma más espesa hasta poder llegar a machacarlo con un tenedor. Si el peque escupe trocitos más sólidos no forzaremos a comérselos, seguiremos dándole la comida con normalidad.
-Mostrar al niño o niña lo que va a comer, debe tener la información visual de lo que se esperemos que vaya a comer, hasta el postre. Intentar que de todo lo que debe comer haya algo que sabemos que le gusta.
-Apoyarnos mucho del refuerzo positivo.
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