Qué le pasa a nuestro cerebro cuando no dormimos

 

Dormir es una de nuestras actividades diarias imprescindibles para el correcto funcionamiento del cuerpo. Lo recomendable es dormir entre 7 y 9 horas diarias pero muchas personas no llegan al mínimo establecido por diferentes motivos. En este post os explicamos algunas de las consecuencias de dormir poco.

Pierdes recuerdos

Cuando aprendemos algo estando despiertos, el hipocampo de nuestro cerebro se activa. Ocurre lo mismo cuando dormimos, provocando así que todo aquello que hemos aprendido durante el día, pase al almacén de memoria a largo plazo. De lo contrario, lo olvidaríamos y no se establecería como un recuerdo.

Disminuye el nivel de memoria a corto plazo

La memoria a corto plazo es aquella que usamos para recordar una información durante un breve periodo de tiempo. Lo normal es recordar entre 5 y 9 estímulos durante unos minutos, pero en los casos de falta de sueño, nuestra capacidad memorística puede verse afectada tanto en cantidad de estímulos como en tiempo de recuerdo.

Eres más negativo y tienes menos paciencia

En los casos de privación de sueño, desaparece el sentido del humor y ensalzamos los aspectos negativos de todo lo que nos sucede. En estos casos es más probable que tengamos dificultades para comprender el lenguaje no verbal de las personas que nos rodean y que tendamos a discutir con más facilidad. Esto se debe a la interrupción del flujo neuronal que conecta la amígdala y la corteza prefrontal de nuestro cerebro. Es decir, la zona donde se procesan las emociones y la que las regula.

Perdemos imaginación y creatividad

La flexibilidad cognitiva y la capacidad de creación original se ven muy afectadas en estos casos. Esta falta de fluidez mental puede afectar a otros procesos cognitivos y sentirnos bloqueados en varias situaciones cotidianas como puede ser mantener una conversación.

Falta de atención

La alteración en la actividad del lóbulo frontal y del tálamo es normal en aquellos casos en los que la tarea a realizar no nos motiva o no estamos interesados en ella. Estas disfunciones, en grado variable, se encuentran relacionadas con el Trastorno por Déficit de Atención (TDAH) pero, en los casos de falta de sueño, también se detecta una baja actividad en estas áreas, provocando una falta de atención hacia lo que nos rodea o las tareas a realizar en nuestro día a día.

Menor tamaño de los lóbulos cerebrales

Hay estudios que indican que las personas que no duermen lo suficiente (malduermen) pierden volumen en los lóbulos frontal, parietal y temporal. No obstante, aún se está investigando si la pérdida de sueño es la que provoca el deterioro o al revés.

Más probabilidades de sufrir demencias

Durante el sueño, nuestro cerebro elimina las proteínas que causan el Alzheimer y otras demencias. Si no dormimos, no puede protegernos frente a ellas y es más probable que evolucione en este sentido.

Problemas de reflejos o velocidad de procesamiento

La falta de sueño afecta a la velocidad en la que somos capaces de procesar la información. Para hacernos una idea, hay estudios que sugieren nuestro nivel cognitivo y rendimiento motor son similares en una persona que no ha dormido en 24 horas y en otra que ha tomado 5 bebidas alcohólicas.

Otros problemas de salud

La falta de sueño reparador está relacionada con la hipertensión, la obesidad, las enfermedades coronarias, menor masa muscular, estrés, diabetes, disminución de la lívido, etc.

El sueño no se recupera

No os creáis ese falso mito de “recuperar el sueño”. No es posible recuperar las horas de sueño perdidas. Por este motivo es importante cuidar nuestro sueño para mantenernos sanos. Junto con una correcta alimentación y el ejercicio, son pilares fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.  Desde Espacio Psicofamiliar recomendamos llevar un control diario sobre las horas de sueño y ser conscientes de las necesidades individuales de cada persona.

 

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