Jugamos al escondite
El escondite es un juego universal con el que todos hemos crecido y que a pesar de las nuevas tecnologías y tendencias permanece intacto. El juego consiste en que uno de los participantes tiene que cerrar los ojos y contar hasta el número que se acuerda entre todos. El resto de participantes tendrán que esconderse hasta ser encontrados y así consecutivamente.
Existen diferentes variantes del juego, pero lo más importante es que es una actividad que tan solo requiere de ganas de divertirse, un espacio (ya sea interior o exterior) y como mínimo dos participantes.
Esta actividad nos muestra mucho sobre las etapas por las que pasan los niños. Podemos observar como cuando son más pequeños les basta con ponerse detrás de cualquier objeto y cerrar los ojos, ellos no ven nada y piensan que ya nadie pudiera verlos. A medida que los niños van creciendo el juego del escondite va tomando otra calidad, elaboran y planifican mejor dónde y cómo van esconderse valorando las posibilidades de ser encontrados.
¿Qué trabajamos o favorecemos jugando al escondite?
- Favorece la toma de decisiones y la planificación ya que el niño tiene que decidir y valorar cual va a ser la mejor opción o lugar para esconderse.
- Favorece la atención y concentración
- Consensuar las reglas facilita el autocontrol así como favorecer el respeto a las mismas.
- Favorece el desarrollo motor al realizar movimientos, ya sea para esconderse o para encontrar a los otros participantes.
- Fomenta la creatividad e imaginación escogiendo para esconderse objetos que tienen realmente otra finalidad.
- Mejora el control de la impulsividad debido a que el niño tiene que esperar a ser encontrado controlando su movimiento.
- Hace uso de la orientación espacial para poder guiarse por los espacios de juego.
- Estimula la comunicación verbal y no verbal durante el juego.
Para los más pequeños….
El escondite para bebés es el llamado “cucutrás”, juego que les encanta puesto que en su mundo no hay nada establecido y el factor sorpresa les produce esa sensación una y otra vez. Este juego ayuda a uno de los factores más importantes del desarrollo psicomotor, la permanencia del objeto, tener conciencia de que un objeto sigue existiendo aunque el bebé no pueda verlo dentro de su campo de visión.
Se pueden modificar las reglas o variantes del juego según la habilidad o competencia que nos interesa trabajar, como por ejemplo tolerancia a la frustración, emociones, impulsividad….no dudes en escribirnos para consultar. Os esperamos en Facebook (@espacio psicofamiliar) y en Instagram (@espaciopsicofamiliar).