La importancia del juego simbólico
La importancia del juego simbólico
El juego simbólico hace referencia a u tipo de juego en el que predominan los símbolos. Los objetos que se utilizan cobran un significado añadido para simbolizar cosas que puede que no estén presentes y así lo real pasa a ser imaginario, por ejemplo: una tela puede ser una capa mágica con superpoderes.
Hablamos del juego simbólico puesto que es de vital importancia y os aconsejamos totalmente fomentar este juego tanto en casa como en la escuela. Este tipo de juego da mucha pero que mucha información acerca del niño y además le permite expresar deseos o necesidades, así como liberarse de emociones. En terapia lo utilizamos mucho, ya que los pequeños de forma inconsciente representan cantidad de situaciones y vivencias que nos permiten trabajar cosas que quizás con otro juego, o tan solo mediante la palabra, no podríamos.
¿A qué edad aparece el juego simbólico?
El juego simbólico en los pequeños aparece alrededor del segundo años de vida, cuando empiezan a juga a “hacer como si”… Se trata de una utilización simbólica de las cosas para representar acciones. Por ejemplo: el mando de la televisión puede convertirse en teléfono, una caja de cartón en un coche, etc. En esta etapa, el juego es mucho más egocéntrico y los niños juegan de forma más individual.
A medida que se hacen mayores el juego simbólico es cada vez más complejo, alrededor del tercer año representa situaciones que pueden ser reales en un juego ficticio, representa escenas llevadas al juego.
Sobre los 4 o 5 años, el juego simbólico se torna más colectivo, asé es como junto con otros niños y niñas juegan a situaciones que se asemejan completamente a la realidad representando diferentes roles como, mamá, papá, el médico, la maestra, etc.
¿Qué beneficios tiene el juego simbólico?
El juego simbólico es muy importante y vital para el desarrollo social del niño. A través de este tipo de juego el niño expresa y vive como es su estar en el mundo pudiendo transformarlo si le es necesario, con lo cual le permite exteriorizar sentimientos y emociones de forma lúdica. Es así como los pequeños pueden jugar con sus miedos, sus deseos… y todo de una forma divertida y sin temor que nadie le reprenda.
Como no, jugar a este tipo de juegos fomenta la creatividad. Además, el poder jugar con otros niños permite a los pequeños la adquisición de nuevas conductas y habilidades sociales como la empatía y la cooperación.
Favorece el desarrollo cognitivo y fomenta el autocontrol y la autoestima proporcionando una confianza en sí mismo. También es beneficioso en la comprensión de su entorno y el funcionamiento del mismo. El juego simbólico, en definitiva, es un juego muy completo que aporta gran cantidad de beneficios en el desarrollo del niño/a.
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