Por qué los niños tienen que acompañarnos a hacer la compra
Muchas veces escuchamos la expresión: “Él se queda con los niños mientras yo voy a la compra” o al revés. Sabemos que la estresante rutina del día a día y la falta de tiempo nos llevan a ir solos a la compra pero hoy os explicamos por qué los niños deben acompañarnos a realizar este tipo de tareas.
Un agradable momento en familia
Realizar la compra en familia puede ser una excusa perfecta para pasar tiempo alejados de las pantallas o del trabajo. Ir a comprar no tiene por qué ser una ardua tarea a realizar. Si se hace entre todos fomentaremos la cooperación entre los miembros mejorando así el clima familiar.
Fomentamos la autoestima
Incluir a los pequeños en la toma de decisiones sobre comprar un producto u otro puede mejorar la autoestima y el autoconcepto de los niños. Se sentirán partícipes del proceso y con cierta capacidad de debate y decisión en estos temas que a veces pueden resultar tan complejos. Esto no quiere decir que les dejemos comprar lo que quieran si no que, por ejemplo, pueden decidir si les apetece comprar yogures de fresa o de limón. La tarea de los padres será discernir en aquello que pueden escoger sin que eso suponga un extra para el bolsillo o un cambio radical en la planificación semanal del menú.
Mejoramos la atención y la memoria
Pedir a los niños que nos ayuden a preparar la lista de la compra puede fomentar procesos cognitivos como la atención y la memoria. Una tarea previa a la salida al supermercado puede ser revisar los diferentes cajones y armarios para detectar qué falta en ellos. Por ejemplo, si el niño abre el armario de la despensa y ve un tarro vacío, deberá recordar qué se guarda allí y comunicarlo.
Además, podemos pedirle que la memorice para que no se nos olvide comprar nada, que la redacte él para mejorar los procesos de escritura (ortografía, grafomotricidad, etc.) y que sea el encargado de tachar lo que ya hemos introducido en el carro, fomentando la atención visual. Si aún no sabe leer, pueden realizarse estas actividades con dibujos o con recortes de un catálogo.
Fomentar la imaginación
Podemos fomentar la imaginación, la creatividad y el juego simbólico mientras realizamos la compra. ¿Cómo? Todo dependerá de las preferencias del niño o niña: el carrito de la compra puede ser un coche de carrearas, una carroza de carnaval, un carro tirado por caballos o incluso una cinta con máquina registradora andante para jugar a ser los cajeros del súper. ¡Qué divertido!
Adoptar pequeñas responsabilidades
Otro de los beneficios es empezar a otorgar responsabilidades dentro y fuera de casa. Por ejemplo: podemos pedirle que sea el responsable de llevar la lista de la compra, de vigilar que los productos frágiles no se estropeen en el carro o de coger las bolsas antes de salir de casa. De esta manera, mejoraremos su autoestima y el sentimiento de capacidad mientras desempeñan actividades útiles para el núcleo familiar.
Educar en una alimentación saludable
Es importante educar en una alimentación saludable a la hora de comprar. Explicar por qué compramos tantas verduras o por qué este tipo de cereales y no los que tienen esos dibujos tan llamativos le ayudarán a entender la importancia de una nutrición saludable y rica en vitaminas, minerales, etc. que fomenten su crecimiento.
Recompensas de programas de refuerzo positivo
En el caso de que estéis practicando un sistema de refuerzo positivo por la realización de ciertas conductas, una recompensa puede ser tener algo de dinero a poder gastar en el supermercado. Por ejemplo, por cada vez que lleve su ropa al cesto de la ropa sucia, recibirá 0,20€. Puede gastarlos en cualquier producto del supermercado que le guste el próximo día de la compra o guardarlos hasta conseguir el importe necesario.
En el súper deberemos tener en cuenta el tipo de producto que pretende consumir y explicarle sus beneficios y aspectos perjudiciales para que pueda aprender a discernir de una forma correcta.
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