Psicomotricidad en Espacio Psicofamiliar

Desde que nacemos nos comunicamos.  Nuestra primera herramienta de comunicación es el lenguaje corporal, con el cual  nos relacionamos con el otro y con nuestro entorno, haciéndolo posible mediante la acción que produce emoción. Por lo tanto, nuestras acciones producen emociones, y así se desarrolla el psiquismo, conectando cuerpo-mente. Integramos las emociones viviendo de forma placentera nuestros logros mediante la acción y el pensamiento, así es como nos vamos construyendo, con el placer de actuar y pensar.

¿Qué es la Psicomotricidad?

Para poder entender la psicomotricidad debemos hacer la diferencia entre la psicomotricidad educativa y la psicomotricidad terapéutica.

Por un lado, la psicomotricidad educativa es la que encontramos dentro de los centros escolares. Ésta va dirigida a los niños entre de educación infantil en la que se tiene como objetivo acompañar y ayudar a los niños/as, mediante sus acciones corporales, hacia un desarrollo armónico. A través el juego se trabajan relaciones espaciales, temporales, destrezas motoras, etc. que tienen un efecto sobre el aprendizaje.

En Espacio Psicofamiliar trabajamos mediante la psicomotricidad terapéutica, bien distinta a la educativa. Las sesiones de psicomotricidad terapéutica, tanto individual como grupal, abordan las dificultes motoras, emocionales, conductuales, intelectuales y sociales.  Es una terapia basada en el movimiento, el cuerpo y la acción del niño/a, donde el papel del psicomotricista es acompañar y facilitar al niño la adquisición de estrategias para un correcto  desarrollo armónico global, así como el alcance de su identidad y autonomía.

El papel del psicomotricista

El papel del psicomotricista es fundamental en la terapia psicomotriz, ya que este acompaña y ayuda al niño/a en la escucha y la comprensión de su mundo interior. Debemos partir de las propias necesidades y capacidades  de cada niño, pero siempre entendiéndolo como una globalidad en la que tenemos componentes afectivos, cognitivos, conductuales, sociales y motores que se relacionan entre ellos.

Fases de la sesión de psicomotricidad

Ritual de entrada: el psicomotricista recibe al niño/a y lo reconoce. Nos quitamos los zapatos, hablamos y compartimos experiencias o aquello que nos preocupa. Recordamos las normas de la sesión.

Expresividad motriz: el niño/a pone en marcha su cuerpo, descarga energía, tensiones, conflictos, etc. Vivimos con placer el movimiento y la expresividad motriz para de ahí partir a los diferentes juegos que van surgiendo dónde el psicomotricista irá guiando para ajustar  las necesidades y  trabajar los  objetivos de cada niño/a.

Relajación: siempre damos la opción de que los niños busquen un lugar para relajarse o bien les ayudamos a buscar o construir un sitio para la relajación. Atenuamos la luz y nos relajamos ya sea con masajes con pelotas, telas o bien simplemente nos estiramos, dependiendo de la necesidad de cada uno.

Representación: en esta fase los niños/as llegan a la inmovilidad del cuerpo para representar lo vivido adentrándose en la simbolización, ya sea mediante un dibujo, una construcción, moldeamiento de plastilina, etc. hacemos uso de todo tipo de materiales que requieran los niños para abordar las imágenes mentales construidas durante la actividad motora y expresarlas con la acción de la representación.

Ritual de salida: este es el último momento de la sesión, recogemos la sala poniendo los materiales utilizados en su lugar. La sesión  se termina igual que empieza. Nos sentamos y hablamos sobre todo lo que hemos hecho para finalizar despidiéndonos.

¿A quién va dirigida la Psicomotricidad Terapéutica?

Niños y niñas de 0 a 12 años que necesitan una intervención específica que presentan  dificultades:

  • EMOCIONAL/CONDUCTAL: baja tolerancia a la frustración, autoestima, miedos, ansiedad, inseguridad, dificultad para relacionarse o de adaptación, impulsividad, autocontrol, etc.
  • APRENDIZAJE: memoria, atención y concentración, organización, conceptos espaciales y temporales, etc.
  • DESARROLLO PSICOMOTRIZ: lateralidad, retraso en el desarrollo, hipotonía, hipertonía, movilidad, etc.
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