Ser cuidador de una persona con dependencia

Tener una persona con dependencia a cargo es una tarea muy enriquecedora y gratificante pero a la vez puede suponer una gran carga de estrés para la persona responsable. Y es que tiene sus ventajas e inconvenientes y ambas deben tenerse en cuenta al aceptar llevar a cabo este tipo de cuidados. En este post hablamos sobre algunas situaciones que pueden darse en estos casos.

Elegir ser cuidador/a

Recibir la noticia de que uno de nuestros familiares cercanos pasa a ser considerado como dependiente ya sea por edad avanzada, enfermedades, etc. no es sencillo. En algunas ocasiones se generan debates en el resto de la familia sobre quién ha de responsabilizarse.

En el mejor de los casos, uno de los integrantes se mostrará dispuesto a hacerlo o incluso se pueden llegar a acuerdos para realizar los cuidados a temporadas (por meses, semanas, etc.). Pero no siempre ocurre de este modo. En muchas ocasiones nos encontramos con personas que se dedican al cuidado de la persona dependiente por obligación, por falta de recursos o personas que pudieran colaborar, o simplemente se ha dado por hecho que esa persona es la que ha de cargar con las tareas en cuestión por ser la hermana mayor, por ejemplo; fijémonos que en estos casos la sociedad marca mucho el destino de estas personas, sin tener en cuenta la situación personal de cada uno.

Claro está que también existe la opción de contratar a una persona externa que realice estos cuidados. De estos casos hablaremos en otro post ya que,al tratarse de un trabajo y ser ajeno emocionalmente hablando a la persona, requiere de otro tipo de tratamiento.

Ventajas y desventajas de ser cuidador/a

Como comentábamos al inicio del post, ser cuidador ofrece muchos beneficios a ambas partes. Por un lado, encontramos la autorrealización de saber que estamos cuidando y dando cariño a esa persona que tanto queremos. Dependiendo de la experiencia vital con esa persona, puede resultar muy reconfortante. También se adquieren muchas habilidades de organización, planificación y adaptación que pueden ser de gran ayuda, no solo en estas circunstancias, si no en cualquier otra. También ayuda a reflexionar sobre la propia vida y a hacer una criba de lo que realmente es importante para la persona. Por último, hemos de tener en cuenta que en muchos casos resulta una tarea gratificante y muy agradecida.

Por el contrario, también hemos de ver la parte negativa ya que condiciona muchos aspectos a nivel personal y familiar. Por ejemplo, muchos cuidadores deciden acoger a la persona con dependencia en el domicilio familiar, lo que puede comportar problemas al resto de miembros y requerirá de un esfuerzo extra de motivación. A esto debemos añadir la cuestión económica en el caso de que la persona cuidadora haya de dejar su trabajo remunerado para adoptar el rol de cuidador/a.

A nivel personal también nos encontramos con varias desventajas en el sentido de que existen contradicciones y sentimientos de culpabilidad, agotamiento, etc. Nos referimos a personas que se sienten culpables al irse a trabajar porque no están cuidando de la persona dependiente, o por tomarse un tiempo de descanso o hacer ejercicio. También a sentimientos de desbordamiento o agotamiento tanto mental como físico debido a la cantidad e intensidad de las tareas a realizar.

Recursos a tener en cuenta

Uno de los aspectos clave a tener en cuenta en caso de ser o plantearse ser cuidador de una persona con dependencia es la necesidad de apoyo y descanso. En este sentido, podemos contar con las diferentes asociaciones relacionadas con la situación de cada persona en particular. Algunos ejemplos son:

Recomendamos buscar la asociación o agrupación correspondiente al lugar de residencia-). Este tipo de fundaciones, organización, asociaciones, etc. suelen ofrecer recursos de atención al cuidador mediante terapia individual, grupos de apoyo etc. que pueden servir tanto para ofrecer un espacio para compartir conocimientos y experiencias, como para normalizar los sentimientos que se producen en los cuidadores.

También existen centros de día y residencias temporales que pueden servir de gran ayuda como respiro familiar. Existen opciones en las que pueden hacerse cargo durante unas horas específicas al día, unos días, etc. de modo que el cuidador y su familia disponen de tiempo para ellos y mantener la propia salud mental y física para  poder ofrecer los mejores cuidados a la persona a la en cuestión.

Un buen cuidador/a cuida también de su propia salud

Es importante que el cuidador se cuide también a si mismo tanto física como mentalmente. A veces nos encontramos con casos en los que no se acude al médico cuando es necesario porque se prioriza la agenda de la persona con dependencia o no se tienen en cuenta los signos que el cuerpo le está dando de que algo no va bien, siendo muy comunes el agotamiento físico, la necesidad de dormir o descansar constante, la bajada de defensas reflejada en resfriados recurrentes, etc.

Pero también es muy importante la salud mental, por lo que el cuidador o la cuidadora habrán de disponer de tiempo para él o ella, realizar descansos de calidad y realizar actividades que le motiven y realicen. Para ello, es necesario que puedan disponer de recursos o personas a las que pedir ayuda y evitar llevar solo toda la carga.

Si eres cuidador o cuidadora…

Si estás cuidando de una persona con dependencia, ten en cuenta que no estás solo. Dispones de muchos recursos a tu alrededor y puedes usarlos para mejorar la situación. En ningún caso eres egoísta por pensar en ti mismo, ni es irresponsable delegar algunas de las tareas que realizas a priori. No tengas miedo, en caso de que lo creas necesario, de buscar a un profesional que te ayude en tu situación. En caso de cualquier duda, puedes contactar con nosotros enviando un correo electrónico a info@espaciopsicofamiliar.es Estaremos encantadas de informarte.

Compartir esta entrada