Convivir con una persona con Alzheimer

La Enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se traduce en deterioro cognitivo y problemas conductuales debido a la muerte de neuronal y la atrofia de las diferentes zonas cerebrales. Actualmente es incurable y,  a medida que avanza la enfermedad, las personas que la padecen necesitan de cuidados especiales.

En muchos casos, estos cuidados se reciben en el propio hogar y por parte de familiares. Aunque para muchos aspectos necesitan asesoramiento específico y soporte, normalmente los cuidan con mucho cariño y dedicación. Se trata de una tarea bastante compleja ya que es necesaria una atención constante al enfermo mientras se sufre por la pérdida de habilidades cognitivas del familiar al que aprecian.

En este post, os ofrecemos algunos consejos a seguir por parte de todas aquellos familiares de personas con Alzheimer (ya sean cuidadores o convivan en el mismo hogar).

Facilítale las tareas

Deberemos adaptar sus quehaceres diarios a su capacidad/habilidad. En este sentido, deberemos dejar que haga ciertas actividades o tareas siempre que sea posible. Por nuestra parte, ofreceremos la ayuda que necesite en cada momento, teniendo en cuenta que ésta se irá incrementando de manera gradual. Pongamos de ejemplo prepararse el desayuno. Podemos dejarle los utensilios e ingredientes preparados siempre en un mismo sitio, ponerle notas con los pasos a seguir o ayudarle presencialmente. En los casos en los que perdura cierta autonomía, puede ser de gran utilidad el uso de soportes visuales para recordar dónde están ciertos objetos, el orden a seguir o cómo funciona un aparato.

Mantenerse activo en este tipo de tareas resultará un estímulo muy favorable para mantener sus capacidades cognitivas.

Seguid rutinas diarias y variadlas lo menos posible

Muchas personas con Alzheimer se sienten inseguras cuando no tienen la información suficiente de su día a día. Por este motivo es muy positivo que en el hogar se sigan siempre las mismas rutinas, como pueden ser: levantarse, asearse, desayunar, salir a pasear, comer, echarse la siesta, realizar ejercicios cognitivos, ver la televisión, cenar y acostarse.

Si ésta no varía, la persona con Alzheimer, a pesar de no reconocer las horas del reloj o tener la sensación de paso del tiempo alterada, sabrá que, después de una actividad vendrá la otra y tendrá más o menos claro qué hay que hacer en cada momento. Esto evitará la incertidumbre y la ansiedad que comporta. En el caso de que se produzca algún cambio en la rutina, deberemos avisarle las veces que sean necesarias para que se sienta seguro/a.

Propón que realice actividades que estimulen sus capacidades cognitivas

En los casos de demencia, siempre se recomienda realizar actividades que estimulen las diferentes áreas cerebrales. De esto ha de encargarse un neuropsicólogo especializado en este tipo de enfermedades. No obstante, desde casa podemos proponer actividades que le resulten entretenidas y favoreciendo al mismo tiempo el mantenimiento de las conexiones cerebrales. Algunos ejemplos son:

  • Pintar mandalas o dibujos
  • Clasificar botones según su color o legumbres según su forma
  • Hacer figuras con plastilina
  • Ver fotografías

Acudir a eventos familiares

Los eventos familiares (comidas, cumpleaños, etc.) son momentos muy agradables y las personas, a pesar de padecer demencia, han de poder disfrutar de ellos. El contacto social favorece la autoestima y genera sentimientos agradables y para conseguir que así lo perciba, debemos facilitarle un poquitos las cosas. Por ejemplo, podemos recordarle el nombre de los asistentes, algunos acontecimientos o fechas importantes, el parentesco de cada uno de ellos, etc. Así se sentirá incluido en el grupo y podrá conversar con más facilidad. En el caso de que le cueste hablar, hemos de darle tiempo y dejar que poco a poco vaya expresando la idea que desea comunicar sin mostrarnos impacientes o hacerle sentir desplazado.

Evitar lugares nuevos siempre que sea posible

Igual que ocurre en el caso de las rutinas, que si no se siguen pueden causar sentimientos de descontrol y desasosiego, pasa con los lugares. En la enfermedad de Alzheimer es común que las personas pierdan el sentido de la memoria y la orientación. Si constantemente le llevamos a lugares nuevos, jamás se habituará a ninguno y no sabrá cómo actuar, provocando así emociones negativas, como inseguridad, miedo, desconfianza, etc.

Está claro que eso no será siempre posible pero, por ejemplo, si normalmente acudís a una cafetería a tomar un café, procurad que siempre sea la misma para evitar la ansiedad. En el caso de que sea inevitable, se lo podemos explicar e indicarle lo imprescindible (dónde está el aseo, dónde puede sentarse, etc.).

Evitar que tomen decisiones

Por último, la toma de decisiones resulta algo muy complicado en el caso de la Enfermedad de Alzheimer. Algo tan simple como decidir que ropa ponerse o qué comer, puede convertirse en toda una odisea. En estos casos, podemos facilitarle la tarea escogiendo por ellos algo de comer que sabemos que le gusta (porque él o ella puede no recordarlo) o escoger esos pantalones que le hacen sentir tan cómodo. Evidentemente, siempre respetaremos sus opiniones pero si detectamos un excesiva dificultad, debemos ofrecerle nuestra ayuda para que no se sienta perdido/a.

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