Cuando sus amigos pasan a ser los referentes

Cuando los niños son pequeños solo tienen ojos para su papá y para su mamá. Quieren ser como ellos, imitan su forma de hablar, de caminar, de comportarse con el resto del mundo…Se quedan embobados mirándoles y reclaman constantemente su cariño.  

Pero llega un momento en la vida de todo adolescente en que los referentes dejan de ser papá y mamá para ser los amigos. Se trata de un cambio totalmente natural y sobretodo necesario en el desarrollo de la personalidad y carácter de la persona.  

No obstante, sabemos que se trata de un momento duro para los progenitores. A menudo nos llegan a la consulta padres tristes e incluso molestos por ello. Si habéis llegado hasta este post, probablemente es porque también vosotros estáis preocupados por este tema.  

Ya habréis notado que ningún hijo viene con un manual debajo del brazo y es por eso que cada padre usa las herramientas y recursos que considera más oportunos en cada momento. En este post os daremos algunos consejos y reflexiones pero no olvidéis que TODO lo que hagáis o hayáis hecho ya por vuestros hijos desde el CARIÑO y con buena intención estará GENIAL.  

No han dejado de quereros.  

Esto es algo que debe quedar muy claro desde el principio. Que sus referentes ahora sean sus compañeros y amigos de clase, no significa que hayan dejado de estimaros. Simplemente, se fijan en otras personas para poder desarrollar su propia identidad, una identidad diferenciada de la vuestra.  

Se trata de algo totalmente normal.  

Recordad cuando vosotros erais adolescentes. Seguro que identificáis alguna situación en la que quisisteis diferenciaros de vuestros padres, ya sea mediante la ropa, la formad e hablar o los gustos musicales. Ellos han de crear su propio Yo y necesitan un cierto distanciamiento para lograrlo.

Necesitan su espacio. 

Crear su propio Yo no es cosa de dos días. Realmente es algo difícil de formar y para ello necesitan su tiempo, poder equivocarse, rectificar y escoger aquello que consideran que es mejor para ellos.  

Podemos darles consejos.  

Vuestros consejos les ayudarán mucho en el camino de conocerse a sí mismos. Tan solo hemos de respetar algunas normas:  

  • Solo hemos de darle consejos si nos los pide. A no ser que se trate de aspectos realmente serios e importantes, no es positivo imponernos a sus criterios. 
  • Digámosles lo que haríamos nosotros en su lugar en vez de decirles lo que tienen que hacer.  
  • Espera al momento adecuado. Dar un consejo en un momento de ira y explosión puede ser contraproducente. No olvidemos que los adolescentes son como ollas a presión que pueden estallar a la más mínima.  

Hazle saber que siempre estarás ahí.  

Aunque le importen muchísimo las opiniones de sus compañeros, ellos necesitan saber que cuentan con vosotros. Es algo que dan por hecho en muchas ocasiones y puede resultar molesto para las personas que conviven con él o ella, pero no por eso debemos dejarles de lado o dejar de proponerles espacios de confianza. Hazle saber que te preocupas por él pero a la vez recuérdale que confías en él y que tienes la intención de acompañarlo en sus decisiones.  

Ser aceptado.  

No olvidemos que ser aceptado en el grupo de iguales (compañeros de clase, grupo de amigos, etc.) es una prioridad en estas edades. Seamos consecuentes con ello y guiémosles en base al respeto y a la coherencia. Ser aceptado no significa que deba hacer lo mismo que el resto si no lo desea. Fomentar la autoestima y la autoconfianza en estas edades será clave para tomar sus propias decisiones.  

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