¿Cumpleaños o macrocumpleaños?
Queríamos hablar de este tema que nos estamos encontrando últimamente, son las fiestas de cumpleaños de los niños/as con las que como adultos estamos perdiendo un poco el sentido común. No entendemos muy bien que es lo que está pasando, por un lado, encontramos fiestas de cumpleaños que parecen auténticas comuniones, cantidades enormes de reglaos, photocall, animadores/as… y por otro, añadido a todo lo anterior parece que los niños tienen que invitar a toda su clase, si o si, para que nadie se sienta mal. Mas que fiestas de cumpleaños parecen una exposición a nivel social dónde los protagonistas son los padres y no los niños.
Vamos por partes:
La macro fiesta de cumpleaños, con estas grandes celebraciones de moda parece que estamos entrando en una competición de padres y perdemos de vista el objetivo de la fiesta, que nuestro hijo/a pase un buen rato con las personas que quiere. Lejos han quedado esas fiestas en casa de un amigo o amiga donde se comían sándwiches de nocilla y paté en las que los niños/as se limitaban a jugar entre ellos al escondite, pica pared, pilla pilla, etc. Para empezar, nos estamos olvidando de que es lo que quiere cada niño/a, ya que hay algunos que no disfrutan de estas macro fiestas, por no hablar de lo que cuestan. Por otra parte, con la gran cantidad de regalos que reciben es difícil aprender a integrar y valorar cuando celebramos una fiesta de cumpleaños como si fuera una boda.
Los niños generan expectativas de la fiesta asociada a la felicidad un tanto errónea en el mundo adulto, la felicidad no es mayor contra más invitados y más regalos. Cuando somos adultos no nos suele pasar, a nuestro cumpleaños no vienen todos los amigos que tenemos, y los que no, para que no se sientan mal, y tampoco nos hacen muchísimos regalos, ¿a que no? Imaginad por un momento, que debéis invitar a vuestros amigos/as, a todos los compañeros/as de trabajo, incluso al jefe/a (para que no se sienta mal), a nuestros familiares, etc. ¿a quién le gustaría? Si no lo hacemos así y celebramos nuestro cumpleaños con la gente que queremos en un ambiente íntimo: ¿somos así menos felices? La respuesta es no, celebramos nuestros cumpleaños con la familia y los amigos que suelen estar mas presentes en nuestro día a día y poco más.
Por otra parte, siguiendo con el tema de los invitados, estamos obligando a los niños/as a que invite a toda la clase, ya que sino alguno se puede sentir mal, y cuando nos dicen “es que no quiero invitar a X” les respondemos con un “cariño tenemos que invitar a todos porque sino x puede sentirse mal”, o sea, que tiene que complacer a todo el mundo independientemente si X es su amigo/a o no, puede ser que en el cole ni juegue con el/ella ni se lleven bien. El mensaje que queremos dar a los peques es el de ¿debemos complacer a todos, a los que son amigos y a los que no, a los que nos tratan bien en el cole y a los que no, etc.? Sería mejor, que el niño/a decida a que niños/as invitar teniendo un límite.
Se supone que un cumpleaños es algo íntimo y personal, si nos vamos a celebrar el cumple de un peque a un “chiquipark” o parque de bolas con 30 niños poca intimidad queda y difícil es que el niño/a sienta que es su fiesta y un día para el/ella. Debido a esta gran abundancia de invitados y de macro fiestas de cumpleaños, nos estamos encontrando que cunado un niño/a no es invitado a estas super fiestas parece crearle un gran problema, incluso hemos visto que a veces no invitan a ciertos niños o niñas para así “fastidiar” y apartar al padre o madre de dicho niño/a ¿es que estamos perdiendo el sentido común utilizando la fiesta de nuestro hijo/a para molestar a otro papá o mamá? Es muy triste que un niño o una niña responda “mi mamá o papa no quiere que te invite” ante la pregunta de ¿por qué no me invitas?
¿Y si no quiere invitar a alguien?
Evidentemente es importante recalcar cuando un niño o niña nos dice que no quiere invitar a alguien preguntar e indagar que es lo que pasa con ese amiguito o amiguita, a veces simplemente coincide el día de decidir los invitados con que se ha enfadado por una tontería con su amigo y decide no invitarle, en ese caso debemos actuar, como adultos que somos, ayudando al niño/a a valorar el sentido de la amistad y hacerle entender que a veces nos enfadamos con los demás pero que debemos también saber perdonar.
Pueden existir muchos motivos por los cuales no quieren invitar a alguien, es importante que hagamos reflexionar a los peques sobre el porqué de esa negativa y que también valore las consecuencias tanto personales como el identificar como se sentirá el “no invitado/a”. Todo esto entendiendo que es una fiesta de cumpleaños a la que acuden prácticamente la mayoría de los niños y niñas de su clase.
¿Y si no invitan a nuestro/a hijo/a?
Es difícil encajar cuando nuestro hijo/a se siente mal porque no le han invitado, debemos aprovechar estos momentos en los que sienten emociones desagradables para: por un lado, hacer un poco de introspección personal y pensar el porqué, analizar qué es lo que ha podido pasar para que no le quieran invitar, aunque a veces no hay motivo, siempre protegiendo su autoestima. Por otro lado, debemos enseñar a gestionar esas emociones y esa situación conflictiva para enseñarle que a veces hay cosas que nos duelen y que se escapan de nuestro alcance pero que nuestro valor sigue intacto con fiesta o sin fiesta de cumpleaños. Escuchar y comprender los sentimientos del niño/a, explicarle algún ejemplo similar que nos haya ocurrido, no nos olvidemos que como familia somos su principal fuente de seguridad y autoestima.
Alternativas…
También encontramos alternativas en las que los padres celebran los cumples de los niños que cumplen el mismo trimestre, evidentemente es una forma de reducir el gasto económico, pero por otro lado nos encontramos en que deja de ser algo personal y debe decidirse junto con otros padres lugar, día, aporte económico… es difícil ponerse de acuerdo y al final quizás estemos haciendo una fiesta que no es nuestro gusto o no es como hubiéramos querido para nuestro hijo/a.
Como recomendación, creemos que es importante que los peques celebren los cumples con familiares y allegados en un ambiente íntimo en el que una tarta de para todos los invitados y en el que los niños y las niñas puedan jugar entre ellos.
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