El UNO

 

El UNO

 

Seguro que habéis jugado muchas veces a este famoso juego de cartas. Se trata de un juego muy dinámico y que nos hace pasar muy buenos ratos entre risas además de estimular las funciones ejecutivas. Está recomendado a partir de 7 años pero ya sabemos que el jugar no tiene edad así que…¡adelante!

El UNO está compuesto por cartas de cuatro colores (rojo, verde, amarillo y azul) y cada una contiene un número del uno al 9. También encontramos las cartas especiales que nos permitirán cambiar de color, el sentido de las jugadas o incluso hacer que el oponente robe dos o cuatro cartas. El objetivo general del UNO es quedarse sin cartas (cosa que se complica cuando te tiran una carta de robar dos o cuatro cartas más).

La experiencia nos cuenta que en cada familia se juega de una manera distinta según las variaciones de las normas que se hayan pactado. Por ejemplo, algunos juegan tirando las cartas de una en una y otras permiten tirar todas las cartas del mismo número o descartar las escaleras. No obstante, en este post no vamos a hablar de ese tipo de normas (que se pueden encontrar en las instrucciones del juego) si no de otras normas que nos permitirán sacarle el máximo partido al UNO.

Variantes del juego

Una opción muy interesante es ofrecer al ganador de la partida la posibilidad de añadir una norma más en la siguiente ronda. Os presentamos algunas posibles normas y los beneficios que aporta cada una de ellas:

  • «Antes de tirar una carta de color rojo se deberá decir una palabra que empiece por R» (pueden variar los colores y las letras): con esta variante trabajamos la fluidez verbal y el vocabulario además de la memoria semántica y la conciencia fonológica.
  • «No se pueden decir colores»: durante el juego, en muchas ocasiones es necesario decir el nombre de uno de los colores porque que las cartas lo requieren. Esta prohibición estimula la imaginación, la memoria, la velocidad de procesamiento, la flexibilidad mental y las funciones ejecutivas con el hecho de buscar alternativas para nombrar un color.
  • «Cuando nos quede una carta, en vez de decir ¡uno! diremos nuestra edad«: una de las normas del juego es decir UNO para avisar a los otros jugadores de que solo nos queda una carta. Se trata de una normal bastante generalizada para aquellos jugadores expertos por lo que cambar este número les hará trabajar la memoria y las funciones ejecutivas.
  • «Quien gane la partida pensará una pregunta para que los demás jugadores la respondan»: esta es una gran forma de repasar el temario a estudiar. Entre partida y partida, asegura un espacio en el que trabajar los aprendizajes (tablas de multiplicar, partes de una flor, historia, etc.).
  • «El jugador que tenga más cartas al acabar una ronda, tendrá que hacer un castillo con ellas»: de esta manera trabajamos la motricidad fina, la concentración y el autocontrol.

Beneficios del juego

En definitiva, según las variantes del juego, el UNO nos permite estimular los siguientes aspectos:

  • Funciones ejecutivas
  • Memoria
  • Fluidez verbal y vocabulario
  • Atención y concentración
  • Respeto a las normas
  • Tolerancia a la frustración
  • Aprendizajes de todo tipo
  • Motricidad fina
  • Flexibilidad cognitiva
  • Velocidad de procesamiento
  • Imaginación
  • Autocontrol
  • Gestión de emociones
  • Relaciones sociales
  • Comunicación verbal y no verbal
  • Asociación
  • Estrategia
  • Rapidez

El juego de cartas UNO lo podéis encontrar en muchos establecimientos. Nosotras os dejamos un link de DIDECO donde podéis comprarlo y tenerlo en casa en muy poco tiempo: http://www.dideco.es/producto/el-uno/

Esperamos vuestras ideas, sugerencias y dudas en los comentarios y vuestras fotos jugando en Facebook (@espacio psicofamiliar) o en Instagram (@espaciopsicofamiliar).

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