Psicoterapia infanto-juvenil
La psicología infanto-juvenil conlleva una sensibilidad y responsabilidad particular, abordando la problemática desde la psicopatología del desarrollo, la adaptación psicosocial y la construcción de la personalidad. En esta evolución está implícito todo su contexto inmediato, familia, escuela, etc. quien le proporcionará la base de seguridad, aprendizaje y desarrollo emocional e intelectual necesario para el óptimo crecimiento. Es importante comprender como la sintomatología del niño o niña está unida a este contexto y la relación de interdependencia, responsabilizando e involucrando en el cambio a todo el núcleo próximo en el proceso.
El desarrollo infantil debe comprenderse como la suma de diferentes componentes: motor, cognitivo y social-afectivo, dependientes unos de otros, y sumando en complejidad; toda intervención debe fomentarse desde el entendimiento integral del niño, comprendiendo sus experiencias previas y el nivel de adaptación, consiguiendo así promover la prevención de futuras problemáticas, resolviendo actuales dificultades y aprendiendo secuencias y pautas necesarias para el desarrollo ajustado.
¿Qué tratamos desde la psicología infanto-juvenil?
Desde la psicología infanto-juvenil atendemos:
- Trastornos de ansiedad: fobias, ansiedad excesiva, de separación, mutismo, pánico…
- Trastorno del estado de ánimo: depresión infantil, disregularización emocional, irritabilidad
- Miedos infantiles
- Trauma por malos tratos, abandono, negligencia, abuso
- Problemas de conducta (mentiras, robos, fugas…) y agresividad
- Pérdidas y procesos de duelo
- Problemas de atención e hiperactividad
- Retraimiento, timidez y relación social
- Somatizaciones (dolores sin causa orgánica)
- Déficit de Habilidades Sociales
- Baja autoestima
- Trastornos de la vinculación
- Trastornos de la eliminación (mojar la cama, incontinencia fecal…)
- Alteraciones del sueño: pesadillas, terrores nocturnos, sonambulismo…